jueves, 26 de mayo de 2011

Modernidad, postmodernidad, ...


Todos los días hago muchos kilómetros. A la derecha La Mancha verde agonizando. A la izquierda La Mancha verde agonizando. Dentro del vehículo, las “ondas” transmitiendo información. Y en el horizonte…mi destino laboral y algo menos tangible: mi pensamiento.
La biografía del mundo ha cumplido muchos años en el último año, la de España también. Los cambios son constantes e inabarcables. No hay análisis sociológico que puede seguir de cerca la realidad, es demasiado escurridiza e imprevisible.
La realidad se lee desde unos conceptos que la fijan y la delimitan. Las lenguas se adaptan a las situaciones, pero siempre con penosa rémora. Hace unas décadas el discurso clásico ya no servía para clasificarla y ordenarla. Entonces apareció lo que se denominó como postmodernidad. Una suerte de discurso filosófico en el que priman unos nuevos conceptos epistemológicos, una deconstrucción de lo ya existente para crear nuevas epistemes.
La aparición de Democracia Real Ya rompe la carrera lineal de la historia que preconizaba Hegel. Este movimiento es deconstrucción, intenta romper lo establecido, pero no para ir hacia adelante (los hechos históricos nunca van hacia delante, no tienen perspectiva histórica. Si acaso son pasado, repeticiones de algo ya ocurrido), de hecho creo que es una vuelta atrás, y esto no es necesariamente malo. Olvidémonos de la falsa idea de que la historia tiene un “telos”. Vuelve a los orígenes de la Revolución Francesa. Al espíritu de esta Revolución. No es el añorado liberté, egalité y fraternité…pero el movimiento sí es libre, igual y fraterno. Es la humanidad sintiente y solidaria la que quiere hacerse oír.
No sé dónde ni cuándo terminará el movimiento, si la deconstrucción de lo ya establecido se producirá. Tampoco sé en qué devendrá. Pero sí sé que ha cumplido una función importante: la de hacernos saber a todos que todavía existe conciencia cívica y política. La sociedad no está adocenada y adormilada. Y eso es una muy buena noticia.
Creo que ya nada será igual. La debacle socialista, el zigzagueo del Partido Popular, la aparición de nuevas fuerzas políticas en el escenario parlamentario, el movimiento de “Indignados”, y la situación crítica que atraviesa España nos van a hacer vivir en los próximos y cercanos años nuevas realidades. Ya no valdrá el discurso postmoderno…ni tampoco servirá una vuelta a la modernidad. Nuestro nuevo mundo, y nuestra nueva España, necesitarán unas nuevas categorías, unas nuevas epistemes y unas nuevas lentes vivenciales. Las nuevas realidades fluyen demasiado rápido… Y no sé si conseguiremos aguantar el ritmo enloquecido al que nos someten. No hay pausa ni tregua.

En cualquier caso… y circunscribiéndome a la realidad actual, a esa que aún puedo apresar, sea el movimiento Democracia Real Ya clasificable dentro de la modernidad o de la postmodernidad, de lo verdadero o de lo falso, de lo efímero o lo perdurable, me alegro de que se haya producido.
Un abrazo.



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