miércoles, 28 de septiembre de 2011

El español en la maleta

Acaba de aparecer en Ediciones Esquema El español en la maleta. Una serie de relatos en los que unos <<intrépidos>> profesores nos cuentan sus avatares docentes.
Las experiencias ora entrañables, ora sorprendentes, de estos buenos embajadores del español nos reconcilian con ese trabajo tan denostado por algunos: el de profesor.
Lectura recomendable y reconfortante. Mi enhorabuena a esos profesores que han hecho de la palabra su mejor arma para conquistar otros países en nombre de España y de la Educación.




jueves, 22 de septiembre de 2011

La realidad...

La realidad me circunda con la fuerza de un coro de tragedia griega y amenaza con vencerme. Camina demasiado rápida para mi lento entendimiento. No sé si ya soy capaz de apresar a esa pérfida que zigzaguea con desvergüenza y sin rumbo.
Siempre me he considerado un fascinado observador de la realidad, y lo que es más, un buen entendedor de sus intenciones. Hasta hace poco. Ahora ya no. La realidad cabalga a lomos del efímero y veloz tiempo y soy incapaz de echarle el lazo.
No obstante, intentaré desde este blog acercarme a ella de frente y sin miedo, a pesar de que sé que en el momento que la descifro ella cambia y muda hacia otros lugares en los que mis conceptos no la pueden apresar.
La realidad actual tiene varios frentes abiertos por los que poder entrar en su morada, e innumerables aristas desde la que ser abordada. Pero yo voy a ser ambicioso y voy a intentar hacerlo desde uno de sus puntos cardinales, de ahora y de siempre: la Educación.
Se habla por doquier y sin miedo de ella y sobre ella, y siempre, por desgracia, desde un punto de vista determinado: aquél que interesa al que emite la opinión. Si es político se argumentará a favor de determinadas medidas. Si es profesor exactamente igual, si se es alumno…, si se es padre…, si se escribe desde un medio de comunicación determinado… ¡¿Es que nadie puede escribir desde la privilegiada atalaya de la objetividad?!
Voy a centrar mi discurso, que presumo (aunque es posible que me equivoque) nace desde la más neutral objetividad, en los recortes en materia educativa que han impulsado las Comunidades de Castilla La Mancha y Madrid.
Mi discurso parte de la premisa, desde ahí se desarrolla todo, que la Educación (también con minúscula) es el mayor bien que tiene un país, y todo lo que sean medidas que puedan infligir algún daño a ese bien no las puedo compartir.
Ahora… entiendo que un país arruinado como es España necesita medidas circunstanciales y sacrificadas desde todos los ámbitos, incluido el de Educación. Pero también entiendo que este siempre debe ser el último en ser sacrificado, y en España ha sido uno de los primeros.
Cuando ya no queden estamentos en lo que <<recortar>>, no quedará más remedio que aceptar que la Educación deba perder calidad en pos de la salvación nacional (permítanme esta última expresión).  Hasta aquí creo que no he dicho nada que no sea obvio. Sigo y repito. Cuando ya se hayan tomado medidas de <<recorte>> en otros lugares, principalmente en la clase más privilegiada que hay en España: la clase política. Es impensable, además de injusto, que el pueblo siga asistiendo a ese derroche económico que unos gestores, en ocasiones colocados <<a dedo>> hacen de las arcas españolas. Hasta que no se pare esa sangría y se racione el dispendio de las administraciones, no tienen derecho moral a <<recortar>> en lo  más importante de un país.
Y ahora la pregunta que ustedes, y permítanme de nuevo que me tome otra licencia y les guíe en su interpelación, me podrían hacer es: ¿De verdad cree que dos horas más repercuten en la calidad de la Educación? La respuesta es sí, y los argumentos son los siguientes:
Dos horas más suponen un aumento de veinticino alumnos por profesor, lo que dificulta el trato personalizado.
Dos horas más suponen un menor tiempo disponible para atender cuestiones del Instituto(atención a padres, reuniones, burocracia, etc.)
Dos horas más suponen  un profesor más cansado mentalmente, menos brillante y, lo que es más peligroso, más irascible.
Dos horas más suponen que un profesor deba dar cursos distintos (desde primeros de la ESO hasta segundos de Bachillerato), siendo su especialización mucho menor.
Dos horas más supone que en algunos centros, para rellenar cupos, los profesores hayan tenido que impartir asignaturas para las que no están adecuadamente preparados.
Y, ya para terminar, dos horas más suponen…desde luego no una mejor Educación.
Sólo he incidido en el tema de las dos horas porque mi tiempo es limitado y mi paciencia aún más. Son muchísimos más los recortes educativos (desaparición de desdobles, falta de material, dilatar o no cumplir bajas de menos de veinte días, desaparición de actividades extraescolares, complementarias y extracurriculares, cierre de bibliotecas en centros, problemas para cubrir guardias de clase y de recreos, desaparición de proyectos de innovación, etc.).
Quiero reflejar también que no considero correcta la respuesta de algunos profesores interinos a las nuevas leyes. Mas en concreto, una de sus reivindicaciones. Estoy de acuerdo en que las nuevas medidas van a perjudicar a la enseñanza pública por lo que he dicho anteriormente, pero un Estado no puede garantizar de manera intemporal los puestos de los trabajadores. Vivimos en un mercado libre y hay que aceptar ciertas reglas.
Posdata: No me puedo despedir sin manifestar mi indignación por esos  políticos (en algunos casos sin la preparación adecuada para el puesto que ocupan. Ya hablaremos en otro artículo de ellos) que se jactan ufanos de que la calidad de la enseñanza no merma, o como decía el otro día el Consejero de Educación de una de las Comunidades que estoy analizando: <<Estamos ante el mejor inicio de curso escolar de la Historia>>.  Desde luego, España a nivel europeo no podrá competir con otros países en expresión oral o en matemáticas, pero en cinismo…Ahí, amigos, me temo que estamos en el top ten.