jueves, 9 de febrero de 2012

Realidad fugit

Decía el poeta que volverán las oscuras golondrinas, y afirma este amanuense que vuelve su clara pluma, que no luminosa.
Tiempo desaparecido en pos de no se sabe muy bien qué. Subido a la veloz e inextricable barca del tiempo, esa que mece nuestra alma en busca del pacto fáustico, camino por los efímeros días sin poder apresar su esencia, si es que la tienen.
En estos meses la realidad vadea el río de la irrealidad. Su excesiva prisa por recorrer sus espacios naturales la hace ir contra natura. Es una realidad kafkiana. Lo incomprensible es su hábitat y la desmesura su fiel e insobornable acompañante.
El mundo siempre ha caminado  con el paso de un poeta cansado: tranquilo, sereno y un poco hastiado. Triste, pero firme, sin zigzaguear. Ahora es diferente. La prisa ya es un concepto lento. La desmesura y la hibris circundan al ciudadano, y a este solo le queda la triste resignación del que observa sin comprender. No tiene las categorías puras, que diría el gran Kant, adecuadas para ello.
El que escribe, incapaz de leer los nuevos tiempos, retira su ineficaz pluma por hoy. Quizá solo sea un día de esos que no entiende nada. No lo sé. Es posible que no. O es posible que sí. Volverán las oscuras golondrinas y  vuelvo yo.