viernes, 18 de febrero de 2011

Mentiras literarias

A lo largo de mi vida he hecho dos cosas con facilidad y delectación: pasear y leer. Sobre lo primero no me voy a pronunciar, mi discurso sobre este verbo se circunscribe a la praxis. En unas horas daré cuenta de él. Mi comentario de hoy tiene que ver con el segundo: leer.
Permítanme la osada y temeraria frase siguiente, lo necesito: “¡Cuánta mentira hay en la literatura!”. Uffffffffff… por fin. Ya me siento un poco más tranquilo.
¿Cuántas veces nos van a vender libros insufribles porque los haya escrito un “clásico” o los haya bendecido un “clásico”? Acabo de leer uno de esos magníficos libros de prosa muy cuidada, así aparece calificado en la contraportada, alabado por el gran Thomas Mann, que ha hecho que mi buena relación con los libros se deteriore un poco. Y no es la primera vez que me ocurre.
Sé que acontece en todos los ámbitos culturales (pintura, escultura, música, arquitectura, etcétera), pero a mí ahora me interesa el de la literatura. El propio Mann tiene alguna novela memorable y otras que no valen el papel que se ha utilizado para imprimirlas (siento ser así de tajante y peyorativo, pero la recomendación del libro que acabo de leer, realizada por el propio Mann, hace que no le esté muy agradecido). Hay novelas buenas y novelas malas. No autores buenos y autores malos.
Hacía tiempo que tenía gana de acercarme a una editorial, de no muy lejana aparición en el mercado literario, que cuida mucho la encuadernación, que recupera a los “clásicos” y que apuesta por la literatura de calidad. Ésa es su carta de presentación. Es el segundo libro de esta editorial que se posa en mis manos, y voy a decir casi lo mismo que dijo Vivien Leigh en Lo que el viento se llevó: “puedo prometer que ya jamás…compraré un libro de esta editorial”. Aunque he de reconocer que en cuestiones de esta índole no siempre  mantengo mi palabra.
El libro que acabo de leer, un clásico de la literatura centroeuropea, me ha parecido simple, aburrido y con una prosa muy, muy sencilla, extremadamente. Digna de un escritor que está comenzando a escribir. Y, sin embargo, según ellos (la editorial) acabo de leer uno de los “clásicos” del siglo XX.
¿¡Hasta cuándo  esta mentira en la literatura!? Miren lo que les digo…estoy tan cansado de leer libros que me alejan de uno de mis grandes amores, que estoy pensando en crear una editorial…No sé…no sé.
Sólo pido más objetividad, mejor criterio, más verdad, menos engaño. Sólo pido lo anterior. ¡Y nada más que lo anterior!
Adenda: antes de publicar esta entrada, me he acercado a un libro de un escritor que ganó el premio Nobel de literatura en 1975. Maestro, según dicen, de otros grandes (repito, aquí también, lo de según dicen) literatos actuales. Incluso, uno de ellos,  su “hijo literario”, candidato continuo al Nobel. El libro goza de un titulo bonito… Ah, el resto…pésimo… Me reafirmo: el año que viene creo una nueva editorial. No sé si los libros serán buenos o malos… lo que sí sé es que serán de mi agrado. Con eso me conformo.  

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